8- El factor tiempo

Todos estamos incrustados en la categoría temporal. Vivimos el presente, tuvimos pasado y somos seres para el futuro.

En el duelo hay que confrontarse con esta pregunta:

– Tu ser querido, ¿es pasado, presente o futuro?

La respuesta también aquí es fundamental. ¿Por qué? No es lo mismo amar feliz y personalmente a alguien que fue, que pasó, que es puro recuerdo, que amar a alguien que está en las manos misericordiosas de Dios.

Una simple dinámica dialógica clarifica lo anterior. En los grupos de pastoral del duelo «Resurrección», el coordinador hace un pedido:

– Traigan una foto de su ser querido muerto, cuando era pequeño; otra, de cuando era más crecido; otra, de cuando murió; otra, de su presencia ante Dios.

– ¿Cómo es posible esto último? – siempre argumenta algún participante. Y viene la explicación en el próximo encuentro del grupo.

– ¿Trajeron la foto de cuando era niño?

– Sí, éste es él.

– Lo siento, pero éste no es él. Esto es la foto de lo que él fue. Porque él no es esta foto – arguye confrontando empáticamente el coordinador.

– Claro, claro. Esto es una foto de lo que él fue – confirma el participante del grupo.

– ¿Y la foto junto a Dios? ¿Dónde está?

– Pero, eso es imposible.

– ¿Y ustedes con quién se van a relacionar en su amor, con una foto de lo que fue o con su ser querido feliz junto a Dios? No olviden, el recuerdo no es él. El es él mismo junto a Dios.

La fe en la resurrección ya está siendo la gran ayuda para vivir plenamente la esperanza y un duelo sano; no en el olvido sino en el amor.