19- Las recaídas emocionales

En la elaboración del duelo suele haber muchas recaídas emocionales. Es frecuente que la tristeza, el mal humor, cierta bronca y el decaimiento general se reiteren.

Hay días muy particulares que parecieran agregar por sí una cuota de sufrimiento: cumpleaños, aniversario del fallecimiento, Navidades…

Poco a poco, la serenidad va a cubrir el corazón, pero éste va a protagonizar recaídas emocionales a pesar del largo tiempo transcurrido desde la muerte, y va a retroceder al pasado, a aquellos momentos… y la añoranza será grande.

– ¡Con tantos proyectos que tenía y todo se frustró! No pudo gozar…

Si el corazón arrastra la mente al pasado para evocar el corte negro de la muerte y ésta sucumbe, la pena de la frustración invadirá el alma.

– Sufro con recordar lo que tuvo que soportar en la terapia intensiva, en el tiempo que estuvo enfermo…

Ese sufrimiento ya no existe…, excepto en la mente y corazón del doliente. La ayuda de la fe en la resurrección hace aquí un esencial aporte: el ser querido junto a Dios no es pasado, es presente ante su presencia. No es lo que fue, sino lo que es en la patria feliz del Padre. No existe aquel sufrimiento, sí su felicidad en Dios.

 

– «Hijos, no miren la vida que acabo sino la vida que empiezo» (Santa Mónica).

Hay que dominar las caídas emocionales acudiendo a los recursos de esa «caja interior de herramientas» que la elaboración del duelo propicia.